Yo solo quería escribir una canción de amor

Puedes olvidarte de la tristeza Desde esta terraza esperando a los ciervos Escuchando las campanas, el motor de algún tractor Los abejorros zumbando a lo lejos Un rincón en el universo Protegido por paredes turquesa Emerge entre pantanos y árboles Y al tocar sus cortezas grito Eres mía Aunque no lo sea Se parece a esas casas de mi infancia En las que había belleza Aquí los animales no paran de aparearse El color del decorado tiene más brillo que antes La fuerza de los vientos amenaza con llevarme Que se hunda Madrid, que arda en el infierno Que yo me quedo aquí, contigo En este fin del mundo, contigo Que se muera Madrid, que arda en el infierno Que yo me quedo aquí, contigo En este fin del mundo, contigo Escucho sus ruidos en la noche Y siento que esta casa me habla Que tiene manos, labios, pulmones Escucho cada una de sus palabras El temblor de sus corazones Siento su aliento en la torre Que su boca me engulla Puede hacerme lo que se le ocurra Aliméntame como a tus gatos salvajes Hazme crecer como una de tus amapolas Escóndeme detrás de los cipreses Puedo ser tu silla más rota Mi cuerpo encaja perfecto en el hueco Que hay detrás de la escalera Ahora pertenezco a tus muros Ahora soy una más de tus grietas Que se hunda Madrid, que arda en el infierno Que yo me quedo aquí, contigo En este fin del mundo, contigo Que se muera Madrid, que arda en el infierno Que yo me quedo aquí, contigo En este fin del mundo, contigo Que se hunda Madrid-drid-drid, infierno Que yo me quedo acá-cá, caigo Cuando, cuando, cuando, no, no, no, no No, qui-qui-qui-qui-qui Con-con-con-con Infierno-no-no-no Que el mundo acaba, el mundo acaba El mundo acaba, el mundo acaba Mundo, mundo, mundo, mundo